lunes, 18 de enero de 2010

Refinada decadencia: el arte de Brian Viveros



Tiendo a obsesionarme muy fácilmente por autores u obras en específico. Autores en particular que logran llamar mi atención, éstos pueden dedicarse al cine, la música, la comedia, las artes visuales, la filosofía, la literatura, etc. Pues bien, recientemente (hace algunos días) he descubierto un nuevo artista con el cual obsesionarme, su nombre; Brian Viveros, su especialidad; las artes visuales.


Buscando en Google, descubrimos que se trata de un artista nacido en California, su técnica pictórica viene de una combinación de aerógrafo y carbón de leña. Su afición por el dibujo la posee desde niño, influenciado en aquel entonces por distintos dibujantes de cómics. Su momento de entrada en el mundo del arte profesional empieza en 1977 cuando le introduce en él el agente de H.R. Giger.

Ahora vamos al porqué de mi obsesión; su arte podría definirse como obsceno, casi erótico, fuerte y pasional. Recuerda a momentos el barroquismo cromático del arte del tatuaje. Se representa en su arte un mundo de sexualidad decadente y elegante (sus obras recuerdan a ratos los carteles del burlesque europeo de los años treinta). Tiene una musa ficticia y única, casi omnipresente en su obra; aquella chica sexy, golpeada, rebelde, desafiante, siempre con un cigarro en su boca y de una notable sensualidad en sus ojos. También puede percibirse en sus pinturas una velada crítica (y utilización) del fascismo, de la moda, la guerra, etc. Una crítica al mundo actual mediante una estética retro.


Una de sus obras en particular me fascina; Dirtyland, obra que puede considerarse cumbre del artista y que representa todos sus tópicos recurrentes, desde el fascismo de Mickey Mouse (U.S.A.) hasta la decadencia “retro” del mundo actual. Todo a través de la soberbia mirada de una chica con corte retro, un cigarro en sus rojos labios y un casco de Mickey Mouse.


En resumen, un artista fascinante que por su estilo y tópicos abordados no dejará indiferente a nadie. Su obra puede resultar, sin embargo, monotemática a la larga, y es que hay artistas cuyas obsesiones les hacen repetir tópicos constantemente. Además, aquella musa que nos presenta en cada obra seguirá allí, como un decadente y golpeado reflejo de nuestra sociedad consumista en donde la belleza puede ser la nueva forma de fascismo.


PD: Tiendo a relacionar el arte visual con música, y no puedo dejar de encontrar puntos y tópicos comunes entre Brian Viveros y el disco The Golden Age Of Grotesque, de Marilyn Manson (quien casualmente también se llama Brian).